[captionpix imgsrc=”https://thecostaricanews.com/wp-content/uploads/2011/10/energy2.jpg” align=”left” captiontext=”Hydroelectric power still is the main renewable energy source in Latin America and the Caribbean.”]Washington, D.C., U.S.A. – Latin America and the Caribbean are the world’s cleanest regions when it comes to energy sources.
Renewable sources meet 30% of the demand for primary energy – transport, industry and commerce – in the region, well above the worldwide average of 13%, says Arnaldo Vieira de Carvalho, a senior energy specialist at the Energy Division of the Inter-American Development Bank (IDB).
But hydroelectric power still is the main renewable energy source in Latin America and the Caribbean.
Hydroelectric power stations use a well-known technology, with a lower cost than other alternatives, but they damage the environment, Vieira de Carvalho says.
Specialists recommend that new power plants should have much smaller reservoirs than those designed in the past in order to reduce the impact they have on the environment.
Giant hydroelectric plants – like those located in the Amazon region – supply energy for the long term, but they also occupy large areas and represent a greater risk of flooding in the case of spills, Vieira de Carvalho adds.
With the increasing demand for energy driven by economic growth and the increase of per capita consumption in the region, specialists recommend governments invest in other sources that produce clean energy.
The demand for energy rose in all Latin American and Caribbean countries during the past decade. On average, the region showed a 4.5% increase, according to the Latin American Energy Organization (OLADE).
“The demand for energy will always grow, even if the economy faces difficulties,” Vieira de Carvalho says. “The question is how to meet this demand.”
[captionpix imgsrc=”https://thecostaricanews.com/wp-content/uploads/2011/10/energy1.jpg” align=”right” captiontext=”Brazil, Costa Rica and Colombia lead the use of renewable energy sources in the region, mostly by using hydroelectric plants and biofuels.”]The IDB takes part in dozens of actions to promote the implementation of renewable energy sources throughout the region. And the nations have shown increasing interest in projects across the area, mostly in the past five years, as a result of increased oil prices.
“Although they are higher-risk investments due to the cost of their implementation, renewable energy projects offer a kind of insurance against rising oil prices in the future,” Vieira de Carvalho says.
The cost of solar, wind and hydroelectric energy generation can be foreseen with greater certainty since those sources don’t rely on the purchasing of fuel.
The IDB recently approved two grants – a total of US$700,000 – to fund the construction of a solar energy plant in the municipality of Tauá, in Brazil’s northeastern state of Ceará. The plant will be run by MPX Energia S.A., a Brazilian energy company.
It will be the first large-scale project to generate solar energy by using photovoltaic panels connected to the national interconnected system.
In the first stage, the plant will provide electricity to nearly 1,500 households in Tauá.
The photovoltaic system is the most advantageous option in terms of energy distribution in the region, which is a typically sunny area, Vieira de Carvalho says.
“The distribution of the solar potential is much more democratic than the wind and hydroelectric systems, since the two last are extremely dependent on the site where they are expected to be installed,” he says.
But sunshine, overall, is abundant throughout Latin America, Vieira de Carvalho says.
The Northeast of Brazil and the Chilean arid zones are the most favorable areas for a solar plant to remain operational for the long term, so they offer a better return on investments since the areas receive levels of direct solar radiation from the sun.
The costs of implementing photovoltaic systems, as well as wind systems, are higher than other alternatives like biomass and hydroelectric power plants. But specialists expect the technologies used for these systems will become more accessible, making the field more competitive.
Brazil, Costa Rica and Colombia lead the use of renewable energy sources in the region, mostly by using hydroelectric plants and biofuels.
Nicaragua, confident that oil prices would continue to show a downward trend, relies heavily on using fossil fuels to create energy.
The result?
Nicaragua has the lowest use of renewable sources as a way to supply the demand for energy.
But that dependence is expected to change.
Nicaragua will invest US$380 million to diversify its energy sources and improve access to electrical energy for its citizens. Of this total, which will come from international development banks, an estimated US$80 million will be granted by the IDB.
Today, only 63% of the Nicaraguans have access to electricity. With the new investments, the goal is to reach 85% over the next 10 years, the IDB says.
By Ligia Hougland for Infosurhoy.com[captionpix imgsrc=”https://thecostaricanews.com/wp-content/uploads/2011/10/energy2.jpg” align=”left” captiontext=”La energía hidroeléctrica sigue siendo la principal fuente de energía renovable en América Latina y el Caribe.”]Washington, D.C., EE. UU. – América Latina y el Caribe se cuentan entre las regiones con fuentes de energía más limpias en el mundo.
Las fuentes renovables satisfacen el 30% de la demanda de energía primaria (transporte, industria y comercio) en la región, muy por encima del promedio mundial del 13%, dice Arnaldo Vieira de Carvalho, especialista jefe de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Pero la energía hidroeléctrica sigue siendo la principal fuente de energía renovable en América Latina y el Caribe.
Las centrales de energía hidroeléctrica utilizan una tecnología bien conocida, a un costo menor que el de otras alternativas, pero dañan el ambiente, afirma Vieira de Carvalho.
Los especialistas recomiendan represas mucho más pequeñas para las nuevas centrales para poder así reducir el impacto sobre el ambiente.
Las centrales hidroeléctricas gigantes, como las localizadas en la región amazónica, proporcionan energía a largo plazo, pero también ocupan vastas superficies y representan un mayor riesgo de inundación en caso de pérdidas, añadió Vieira de Carvalho.
Con la creciente demanda de energía creada por el crecimiento económico y el aumento del consumo per cápita de la región, los especialistas recomiendan a los gobiernos invertir en otras fuentes que produzcan energía limpia.
[captionpix imgsrc=”https://thecostaricanews.com/wp-content/uploads/2011/10/energy1.jpg” align=”right” captiontext=”Brasil, Costa Rica y Colombia encabezan la utilización de fuentes renovables de energía en la región, principalmente debido a que utilizan plantas hidroeléctricas y biocombustibles.”]La demanda de energía en los países de América Latina y el Caribe aumentó durante la década pasada. En promedio, la región registró un aumento del 4,5%, según la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE).
“Siempre crecerá la demanda de energía, incluso si la economía enfrenta dificultades”, dice Vieira de Carvalho. “El asunto es cómo satisfacer essa demanda”.
El BID participa en docenas de acciones para promover la implementación de fuentes de energía renovable en toda la región. Por su parte, los países han mostrado un creciente interés en proyectos en la zona, sobre todo en los últimos cinco años, como consecuencia del aumento de los precios del petróleo.
Afirma Vieira de Carvalho que “aunque los proyectos de energía renovable constituyen inversiones de alto riesgo debido a los costos de implementación, los mismos ofrecen una especie de seguro contra el aumento de los precios del petróleo”.
Los costos de la energía solar, eólica e hidroeléctrica se pueden predecir con mayor certeza ya que estas fuentes no dependen de la compra de combustible.
Recientemente el BID aprobó dos inversiones, por un total de US$ 700 mil, para financiar la construcción de una planta de energía solar en el municipio de Tauá, en el estado de Ceará al noroeste de Brasil. Esta planta será operada por MPX Energia S.A., empresa energética brasileña.
Éste será el primer proyecto a gran escala que generará energía solar utilizando paneles fotovoltaicos conectados el sistema interconectado nacional.
En su primera etapa, la planta proporcionará energía a casi 1.500 hogares en Tauá.
El sistema fotovoltaico es la opción más ventajosa en términos de distribución de energía en la región, que es un área típicamente muy soleada, expresa Vieira de Carvalho.
“La distribución del potencial solar es mucho más democrático que la del viento y los sistemas hidroeléctricos, puestos que estos últimos dependen en extremo del lugar donde se les desea instalar”, añade.
Pero la luz solar en general es abundante en toda América Latina, puntualiza Vieira de Carvalho.
El nordeste de Brasil y las zonas áridas de Chile constituyen las áreas más favorables para que un planta de energía solar opere en el largo plazo, las mismas ofrecen un mejor retorno por inversión puesto que estas áreas reciben altos niveles de radiación solar directa.
Los costos de implementación de sistemas fotovoltaicos, así como los sistemas eólicos, son mayores que otras alternativas como la biomasa y las centrales hidroeléctricas. Los especialistas, sin embargo, esperan que las tecnologías utilizadas para estos sistemas se vuelvan más accesibles, volviéndolas más competitivas.
Brasil, Costa Rica y Colombia encabezan la utilización de fuentes renovables de energía en la región, principalmente debido a que utilizan plantas hidroeléctricas y biocombustibles.
Nicaragua, confiando en que los precios del petróleo continuarán mostrando una tendencia hacia la baja, depende de los combustibles fósiles para la creación de energía.
¿El resultado?
Nicaragua exhibe los porcentajes más bajos en la utilización de recursos renovables para satisfacer la demanda energética.
Pero se espera que esa dependencia cambie.
Nicaragua invertirá US$ 380 millones para diversificar sus fuentes de energía y mejorar el acceso de los ciudadanos a la energía eléctrica. De este total, que provendrá de bancos internacionales de desarrollo, se estima que el BID aportará US$ 80 millones.
Sólo el 63% de los nicaragüenses tienen actualmente acceso a la electricidad. Con estas nuevas inversiones, la meta es alcanzar el 85% en los próximos 10 años, informó el BID.
Por Ligia Hougland para Infosurhoy.com